Concepto y Ejemplo de Tumor Benigno
Para la medicina, se pueden encontrar dos tipos distintos de tumores: hay aquellos que se les conoce como tumores malignos y otros a los que se les llama tumores malignos. Cada uno presenta características muy definidas que permite identificarlos. Aunque en ambos casos se trata de crecimiento anormal de tejido en ciertas zonas del cuerpo, cada uno se comporta de manera muy diferente.
Definición:
Los tumores pueden o no tener la capacidad de afectar a los órganos que les rodean, así como también pueden o no tener la capacidad de diseminarse por la sangre y extenderse a otros órganos distantes. Cuando no tienen la capacidad de afectar a los órganos cercanos por crecimiento incontrolable y no tienen acceso a las vías sanguíneas, entonces se habla de un tumor benigno.
Aunque en ambos casos se les ha bautizado como tumores, los tumores benignos se les llama así porque en principio son mucho más fáciles de erradicar, ya que si se localiza el tumor se puede extirpar (si el área en el que reside así lo permite) o bien tratar químicamente con medicamentos para que desaparezca, pero no se corre el riesgo de que se extienda por todo el cuerpo y vuelva imposible un tratamiento por no detectarlo a tiempo.
Ejemplo:
Formalmente se estaría hablando de un tumor benigno siempre que se detecte una masa anormal, generalmente asintomática en el cuerpo de las personas (e incluso animales). Cuando dicha masa se manda al laboratorio y no se observa un comportamiento tipo cáncer, se considera benigno.
Las ventajas de los tumores benignos sobre los tumores malignos son diversas, pero principalmente radican en el hecho de que a menos de que la masa de células pueda oprimir un órgano circundante importante, no son inmediatamente mortales. Por otro lado, sólo crecen en un lugar del cuerpo y al extirparse no vuelven a aumentar su tamaño.